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domingo, 10 de abril de 2011

Desempleo de los herreros

toda realidad es absolutamente relativa,
lo que fue y lo que será no existen,
la mala fe, la buena vergüenza se cobran a precio minorista
y se venden al por mayor.

no existe pasado por vivir,
no se arma un futuro por morir...
la vida sigue siendo este golpe que reanima,
que mueve,
que gime,
que habla...sobre todo y más que nada: habla.

y todos hablamos y hacemos esta gran Babel,
creemos por mucho tiempo que sólo existe esa reja
y que fuera de ella esta la salvación
pero así y todo, aun aceptando la reja,
nunca se sabe de qué lado siniestro de ella se está.

las realidades son construcciones, al igual que toda reja
no estamos predestinados señoras y señores,
estamos sujetos a plena construcción

Vueltas y regresos

Y todo el veneno del mundo resumido en un gesto premeditado de azar,
y todo lo que se muestra blanco termina siendo negro...
Lo que empieza como juego, se convierte en vicio,
las verdaderas realidades no se transforman por cruzar una reja

jueves, 9 de diciembre de 2010

Lucía y sus peleas con la didáctica

Si alguien dice por ahí con cara de perro cascoteado que se está mueriendo por dentro; no quiere decir precisamente que alguna desilución de índole amorosa lo carcome con ansias de suicida próximo a matarse de cuanto balcón ve. Saquense desde ahora esa ideita de novelita de la cabecita. Lo que les están queriendo decir es que su peor tristeza en el mundo es saberse realmente vivo, sano, bastante cuerdo y sin ningún objetivo que querer cumplir
Con estas y otras afirmaciones similares son las que Lucía presentaba a sus pequeños alumnitos de la Salita Azul del Jardín de Infantes Nº 1001, los ejemplos de malos usos de las interpretaciones metafóricas.
Obviamente no es que Lucía tuviera alma de docente, ni mucho menos amor por las criaturas de menos de 22 años; de hecho quien narra presume, que ese atributo del don de la maternidad  a Lucía no le interesaba adquirirlo o no le había sido concedido cuando la embalaron en fábrica. Otra hipotesis que Lucía sostenía con firmeza, al igual que los vasos de Fernet que tanto idolatraba, es que arrastraba consigo la misma negación a la maternidad que supo mostrar su progenitora a las tres horas de traerla al mundo. Pero para qué conjeturar vagamente sobre la causa de su trato con los niños.
Ese día Lucía definitivamente estaba de un ingenioso buen humor y cómo solo le quedaba esa clase para terminar la cursada de didactica y tener así el pase a la vida laboral, ese dia decidió usar lo que ella consideraba analogías contundentes y faciles de entender por esas criaturas.
Cuando vio la cara de desconcierto en algunos casos y terror en muchos otros, un poco deprimida y desilucionada tomó otro camino para que esos pequeños entiendan de que se trataba aquella clase. Les dio plastilina a todos y les ordeno sin ningun diminutivo que eligieran personajes del programa de Tinelli para hacer esculturas y vean asi lo horrible que es la realidad. Digamos que encontró otra manera para explicar de que se trataban las analogías