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domingo, 31 de octubre de 2010

Sistemas

 Siempre nos queda 
un piromaníaco escondido 
en algún pliegue de la ropa y del alma;
la cosa está en decubrir donde 
lo dejamos escondido


Estaba prohibido divertirse,ser feliz,pensar,y sobrevivir.
La muerte nos perseguía mientras la muerte vivia y todo nos parecía tan normal.
Los rayos de luz incandecentes, esos que te partían el alma, habían pasado de moda...y uno lentamente se acostumbraba a ese ritmo.
Ya nadie tenía pretextos para recordar por qué era que luchabamos en otros tiempos. Muy de a poco y sin necesidad de armas violentas para la carne nos había vencido en el mimso centro de nuestra lucha...
Muy de a poco y sin ninguna excusa nos dejamos vencer.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Noches despobladas


“Tanta magia que se escapa de las pupilas
y tanta mierda a la que aferrarse
para no jugarse el todo por el todo
abandonando el peor consejo del miedo”



Quiso convencerse de que la muerte y el abandono serían la única herramienta para arrancarse de raíz aquellos años de prematuras dolencias. Esos años en los que se pasaba eternas noches en vela preguntándose para quién. Tenía todo predispuesto para aquel ritual…todo menos el control del destino, quien pasándose de listo la hizo sentir miedo en el instante preciso del corte final.

Ya era tarde. No podría volver atrás y recobrar ese pequeño instante de hipócrita valentía…sólo le quedaría maldecir y culpar a todo el mundo por su falta de convicción, llorar inútilmente un par de horas para desahogar todo su sentimiento de inutilidad.


En la majestuosidad de la tormentosa noche despoblada, ella intuía que la muerte no sería ese sórdido palacio que aparecía camuflado en los relatos milenarios del terror. Necesitaba cruzar ese abismo para liberarse; necesitaba acariciar por  un momento el áspero y delicioso filo de un adiós sin retorno.